El
trisquel o
trinacria celta es un símbolo geométrico y curvilíneo formado por una hélice de tres brazos en espiral que se unen en un punto central configurando una forma en hélice, al estilo de los símbolos solares, como la
esvástica.
En la forma griega de las tres piernas (Triskelion - τρισκέλιον) se incluye en el
escudo de la Isla de Man, y con una cara central de medusa en el de
Sicilia.
Según la cultura celta, el trisquel representa la evolución y el crecimiento. Representa el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Manifiesta el principio y el fin, la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo. Entre los
druidas simbolizaba el aprendizaje, y la trinidad
Pasado,
Presente y
Futuro.
[1]
Según esta cultura, los druidas eran los únicos que podían portar este símbolo sagrado. Como talismán, era utilizado para aliviar fiebres y curar heridas. Se han encontrado numerosos trisqueles en forma de
petroglifos grabados en la piedra; tales vestigios son muy comunes en las
comunidades autónomas españolas de
Galicia,
Asturias,
Cantabria y
País Vasco[2] convirtiéndose el citado símbolo en un icono representativo de la
cultura celta, y reproducido en artículos turísticos y de
mercadotecnia.