viernes, 19 de noviembre de 2010

IRENE (6)

Humanidad

Opinaba que dándole capacitación a una persona o dos en cada aldea, elegidas entre los jóvenes que supieran leer y escribir y que fueran bilingües, podrían fungir como maestros para los niños de su misma comunidad, para al menos sacarlos del analfabetismo, además de que podrían ser los que transmitieran los conocimientos básicos necesarios para tratar el agua y los alimentos. Las mujeres podrían también recibir microcréditos, que les permitieran la compra de un animal productor de leche para la alimentación de sus hijos, y con la venta del excedente pagar su préstamo y capitalizarse. Igualmente esos créditos servirían para la siembra de verduras, o la fabricación de artesanías, coordinando con interesados de las ciudades que compraran su producción. Este
sistema ha tenido éxito en muchos lugares, donde además las mujeres, tradicionalmente buenas pagadoras, en algunos casos se unían y trabajaban juntas, llegando a absorber entre todas el pago mensual de una de ellas que hubiera tenido algún inconveniente. Esto creaba fuertes lazos comunales, sentido de pertenencia y responsabilidad.
(extractos, del libro IRENE)

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